Capítulo 6
Recuerdos
Un rayo de luz toco su cara, permitiéndose abrir un
ojo despacio para no lastimar sus pupilas. Ya era de día. Como todos los días tenía
una rutina que seguir. Se desperezo de las sabanas y se sentía feliz y
descansada. Había dormido plácidamente y se encontró en paz como hacía mucho
tiempo no le ocurría. Alargo el brazo para agarrar en la mesita su reloj todavía
era temprano las 7 de la mañana. Pero tenía la sensación de haber dormido doce
horas seguidas. Se iba a incorporar cuando sobresaltada, cayó en cuenta de un
pequeño detalle. Estaba desnuda de la cintura para abajo.
Claro que se había puesto los pantalonsitos en la
noche. Claro que estaba segura. Levanto la sabana, se levantó y busco por todas
partes. No había ni rastro de ellos. Con los nervios que sentía se quedó
mirando a las sabanas. No parecía haber nada anormal. Se inclinó para ver debajo
de la cama. En un rincón alejado estaban. Como si alguien los hubiera tirado
despreocupadamente. Los cogió y se sentó mirándolos perpleja. No recordaba quitárselos
durante la noche.
No era capaz de pensar. ¿Estaba perdiendo el
control de su mente? Toda su realidad exterior se estaba volviendo confusa. Decidió
prepararse un buen desayuno y salir a correr como todas mañanas.
Necesitaba un poco de aire puro. Salió a la calle y
contemplo la el mar que se veía, la luz del día brillaba con el oleaje de las
olas. Llevaba la mitad de su recorrido habitual cuando una ráfaga de aire
fresco revolvió su cabello se quedó mirando el cielo pensativa. Pudo sentirlo
en el ambiente, llovería en cualquier momento podía olerse en el aire.
Comenzó a correr sin pensar, hacia una caseta de autobús.
Sintió un relámpago, al momento que la luz de este llegara a su visión periferia.
Pero no se detuvo en este lugar.
Siguió corriendo. Las primeras gotas empezaron
a deslizarse por su cara. En segundos toda su ropa se había empapado, el
cabello se le metía a los ojos no permitiéndole ver bien por donde iba. Siguió corriendo
bajo esa lluvia torrencial de los días veraniegos, hasta llegar al final de
todo su recorrido habitual.
Permaneció varios minutos hipnotizada por el mar
bajo la tormenta. Como el tranquilo oleaje del día se había convertido en todo
lo contrario. Ella no sentía el viento frio que golpeaba su cuerpo, ni sus
ropas empapadas. Solo quería poder asimilar lo que había ocurrido ese fatal día,
y por qué ahora recordaba mas esas voces. ¿Quiénes eran?
¿Qué había pasado realmente en esa ocasión? Y ¿por
qué no había tenido sus pantalonsillos en la mañana?
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Ling Beifong había pasado varios meses de estar en
el hospital del ejército esperando volverse encontrar con Kya pero fue así;
Toda Su rehabilitación haya sido por parte del personal de el hospital del
ejército, deseaba verla, conversar con ella pasaban
los días y no sabia nada de ella. Le preocupa a Lin, fue desde el día
siguiente en qué le dieron la visa de la baja del ejército que ya no sabia nada
de ella.
-No
regresará- Había
dejado en ella un hueco esas palabras. El
médico que le atendía ahora había dicho qué Kya había pedido su transferencia a
la tribu de agua dejando a su cargo a este doctor.
Desde ese dia en el cuarto de hospital no había
tenido ninguna comunicación con ella; ni por correspondencia ¿en qué parte del
mundo estaría? Ahora ya podía ver las diferencias que había en el trato con Kya
y con este doctor.
El
directamente el profesional solamente metiendo su parte médica pero nunca estableciendo
una una conexión de confianza entre él y ella, casi no conversaban solamente se
limitaba a ser evolución en su
recuperación física.
Extrañaba los momentos en que a kya llegada a casa
habitación a diferentes horas del día llevando en una taza de té o algo para
poder pasar el rato siempre atenta a ver su recuperación física, pero con la charla
se daba cuenta que también estaba atenta su recuperación mental.
Ella la ojiazul tenía muchos detalles hacia su
persona; Hasta en esos momentos a en que la doctora Kyla no se había dado
cuenta de todo lo que había necesitado a la sanadora hasta que lo había perdido
esto.
Por la información que tenia de sus colegas, la docta
Kyla seguía la información de cómo estaban todas las cosas en la ciudad
república. Como estaban sus pacientes, su evolución, su tratamiento.
Le sorprendía que ella escogiera en sus
pensamientos si salir a encontrarse con la doctora Kyla así aunque sea retomar
en la decisión de quedarse en la ciudad República o ír a la nación del agua. Pero
después del día de su retirada del ejercito ella se enfoco en su tarea. Tenía
cosas que hacer cosas que terminar. Aun así su pensamiento seguía en que si no
hubiera pasado lo de ese día, posiblemente no la había conocido. Sus pensamientos
estaban muy confusos en esos momentos.
Aún así esos días que estuvo en recuperación con
ese doctor le dio más claridad a sus pensamientos sobre lo que ha pasado sabía
que tenía que tener su espacio después del ejército ya que la casa en la que
estuvo todos estos años estaba dentro de los complejos del ejército. Así que
tenía que hacer todo lo posible para tener su propia casa dentro de la ciudad
república además de buscar un nuevo empleo.
Ya lo recordaba todo mucho más claro todo el tiempo
que te pasó la claridad entre sus pensamientos ya no respondía tanto a los
movimientos en la noche como antes solamente podía recordar aquí a apoyándola y
es la calmaba.
Sabía que en el momento que ella se dio la orden
para que pasarán a recoger o a ver qué había pasado con sus equipo debe haber
llamado antes a la base para decir que había en regularidad aeio era lo que
también le pesaba. Sin ejército hubiera sabido desde antes que sea un problema
otras personas registrar la casa eso sería el protocolo que podría haber
colocado de antes pero Llamar a pasado. Ya no podía corregirlo Pero lo que sí
era prender de la experiencia.
Tenía que
enfocarse en el presente.
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Sentada en
uno de los asientos del barco Kyla intentaba concentrarse en la revista militar
que tenía adelante, pero sus pensamientos volaban sin darse tregua, arrastrándola
al hospital de la ciudad república. Ya hace 3 años al que ahora tenía que
enfrentarse a ese pasado.
Le costó
mucho trabajo convencer a sus superiores de que la dejaran marchar. Insistió en
que les hacía falta en la Tribu agua doctores competentes ya que la anterior
medica había muerto.
Trabajaba
demasiadas horas, pero ayudar a su nación compensaba con creces todo lo que
estaba realizando. Sintió un escalofrió al recordar el beso que le dio a la
Generala Beifong, ella siempre que recordaba ese momento no podía moverse ni
respirar.
Podía sentir
a su alrededor la habitación que ella se encontraba con Beifong, si.. La Generala
la hubiese mirado en ese instante, seguro que hubiera leído en su cara el deseo
que sentía. Pero no dejo que eso pasara, ya que salió de la habitación antes de
saber su reacción. Podía sentir que su
sangre hervía ante el roce al tocar sus labios.
Siempre se había
preocupado por sus pacientes. Pero con Lin, nunca le preocupo si lo que sentía estaba
bien o mal, fluía de ella de forma natural. Al día siguiente de salir hacia la
tribu agua fue el peor día de su vida. Alejándose de lo que más amaba, su carrera,
su vida en la Ciudad Republica y más que todo alejarse de Lin Beifong sin darle
ninguna explicación.
En ocasiones sentía
por dentro celos del doctor que le tocara atender a La generala de división porque
sabía que ella misma se había alejado. Por las noches las imágenes que creaba
en su mente teniendo Lin roces con el doctor asignado la torturaban sin piedad.
Arrastrándola a la soledad que la desesperaba y la dejaba siempre frustrada.
Aquellos momentos se repetían a menudo durante el primer año.
Solo fue un día,
un día…la pérdida de un ser amado hizo que todo se alejara de su mundo.
La
muerte repentina de su madre la dejo perpleja y sin capacidad de reacción. Solo
encargarse de los asuntos de su madre era lo más sensato por hacer.
Solo unos cuantos
años pudo sacar su dolor e intentar curar su herida.
Hasta después
de ese tiempo pudo recordar a Lin, le trato poco tiempo, pero que siempre su
cuerpo y alma hacia que la tratara con tanto cariño, había llenado una parte
importante en su vida en los escasos momentos que había podido dedicarle en sus
visitas rutinarias en el hospital. Solo Lin podía enseñarle esa sonrisa tierna
que tenía, veía en sus ojos una amabilidad que escondía por la parte militar
cuando alguien más entraba a su habitación.
Kyla le
contaba por las noches que Lin no podía dormir historias para ayudarla a
dormir, siempre tratándola como una mujer adulta, no podía separar de la
persona a paciente. Naturalmente Kyla le mostraba a su modo su amor y su
respeto.
Pero en los días
que murió su madre, solo podía recordar el ajetreo para poner en regla los
papeles, no podía llorar, tenía que ser
fuerte para seguir avanzando. La decisión que tomo y que cambio su vida por
completo.
Dejar a Lin
fue lo que realmente dejo su vida sin sentido. Durante mucho tiempo vivió con
el dolor de su ausencia, con su recuerdo palpitante, con todos los sueños húmedos
que había forjado en su imaginación y no había podido realizar con ella. De tal
forma paso el tiempo que no fue capaz de relacionarse con nadie en la tribu
Agua.
Volcó toda su
frustración y rabia en algo constructivo sanar a su nación. Pronto como en la nación
república fue admirada por los que la rodeaban. Se convirtió en la numero 1 por
esos momentos se dedicó toda su energía a obtener el mayor rango en su nación en
su carrera.
Su aire
distante e inalcanzable aumentaba su atractivo, la rodeaban escasos amigos
todos del mismo ramo.
Todas las imágenes
de todo el pasado se mezclaban en su cabeza hasta que anunciaron que llevaban a
puerto. Solo una cosa venía a su mente. Solo
una cosa. Volvería a verla otra vez.
Continuara….